Esta es bien la resolución de todo este proceso y si bien hoy algo podemos hacer o dar nuestro aporte en alguien todo eso será el resultado de años de preparación. Todos esos años nos lo fue dando la vida para prepararnos para lo que hoy debemos de hacer. Y eso, eso, es algo que nadie nos puede sacar y está impreso en nuestro ser, está impreso por dentro de nuestros huevos y el corazón tiene el poder de despertarlo, de sacarlo a flote a que circule por nuestras neuronas y forme la estructura de todos nuestros pensamientos, porque eso es lo que somos, es lo que vinimos a hacer y por lo tanto es para lo que estamos preparados. Asi que nuestra preparación esta en hacer florecer eso, la semilla ya la tenemos, está en nuestro interior, tan solo tenemos que regarla, cultivarla con paciencia y amor y permitirle que florezca. Eso es encontrar la iluminación, hacer lo que realmente venimos a hacer, alineando todo nuestro ser a eso y encontrando ese camino recto que nos lleva de la mano con todas las partes de nuestro ser alineadas. Y así, conoceremos cada uno de nuestros aspectos, los identificaremos como nuestros, lo amaremos y lo utilizaremos como deba de ser utilizado.
La acción esta en dejar florecer eso que somos, no reprimir, discernir entre lo que realmente somos y es nuestro y lo que es ajeno o que es lo que el ajeno quisiera que somos, reemplazar todo eso externo por enfoque en lo que realmente nos pertenece, en lo que realmente nace desde nuestro corazón y no desde nuestra mente. En los momentos de turbulencia calmar, mirar al cielo, no actuar y esperar la respuesta que venga desde nuestro interior. Cuando el camino sea claro y decidido actuar y sumar nuestros impulsos para que las cosas se deán como se tengan que dar mas allá del deseo propio de algún resultado en particular, porque las cosas se dan mejores cuando son como Dios quiere que sean y a eso tan solo se interpone nuestros deseos y mente aferrada a pasiones.
No dudar de lo que somos, no dejarse engañar y cultivar la confianza en uno mismo desde el interior, floreciendo la flor que somos, y sintiendo el dulce aroma de que esa flor que florece es lo mejor que podemos ser. Invirtiendo así las malas vibraciones de nuestro interior y exterior y volviendo eso a nuestro favor.
Tomar conciencia de las fechas de celebración, de la luna, del ciclo de la tierra alrededor del sol, del sol (conjunto con todo el sistema solar) al girar por la galaxia y esta misma por el universo. Entender que todo esto tiene un sentido, que giran y danzan por los cielos como bailarines haciendo una danza muy finamente coordinada. Y como es afuera es adentro y como es arriba es abajo, así que así como ellos danzan coordinados nosotros también lo hacemos, así que mirarlos e imitarlos. Seguir los ciclos de la luna dándole su importancia y meditando junto con ella, con el sol y con el resto de los planetas que nos rodean así también como con este.
Que todo esto sea el fuego que nos mueva en nuestro interior, y que la combustión de este fuego queme todas las malas enseñanzas y polución de nuestro alrededor. Brindando de esta paz interior a nuestro exterior y así completando el ciclo de la vida.
Paz y Luz para todos.
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